Intervención de Rolando Zapata Bello, en contra del dictamen que propone reformas constitucionales, en materia de simplificación orgánica

Ciudad de México, 28 de noviembre de 2024

Tomo turno con toda seriedad en esta tribuna en contra del dictamen a discusión, como la he tomado en ocasiones anteriores, para hablar a favor y votar a favor de iniciativas provenientes del ejecutivo, particularmente en lo referente a su estrategia en materia de seguridad a decisiones en materia de administración, en materia orgánica o en tema Presupuestal interno.

Pudiera parecer paradójico porque la justificación formal de esta iniciativa aborda aspectos administrativos, orgánicos, presupuestales, pero en realidad en esta iniciativa subyace una clara justificación material, la revocación de derechos ciudadanos adquiridos, la anulación de controles sobre el Estado mexicano y la instauración de un nuevo hiperpresidencialismo en México.

Por eso estamos en contra y es que estamos frente a una regresión y no es una regresión velada o indirecta en realidad es una pugna estructural que quitará controles sobre el poder y reedificará el hiperpresidencialismo, un modelo que todos creíamos superado.

Y es que esta modificación implica rechazar categóricamente virtudes cívicas como la rendición de cuentas, el análisis experto en beneficio del pueblo y la vigilancia al Gobierno, no hay que olvidar que la función política de los órganos autónomos creados en las últimas décadas con el apoyo del PRI, fue precisamente desmontar el hiperpresidencialismo, descentralizar poderes de la presidencia para juntos transitar a la democracia a una democracia normal y funcional.

No es casualidad, pues, que la transición democrática del país se dio a la par de ese proceso de descentralización y, por ende, de ciudadanización, esta reforma socava esa ciudadanización, esa rendición de cuentas, ese análisis experto o esa vigilancia al trabajo de gobierno, especialmente en áreas tan sensibles como la economía, la medición de la pobreza, la digitalización, el sector energético, las telecomunicaciones y, por supuesto la protección de nuestros datos personales y la transparencia en el gasto y las acciones del poder público.

Estos órganos autónomos se crearon con funciones esenciales la primera es de rendición de cuentas para que el poder no fuera el juez del poder en ese sentido, con la desaparición de los órganos autónomos termina un ciclo de rendición de cuentas que empoderó a los ciudadanos me asombra, he de decirlo, el silencio de muchos organismos y grupos empresariales que fueron usuarios intensivos de la transparencia y la rendición de cuentas.

Sería refrescante escuchar su voz ahora que esa ventana de luz al trabajo del gobierno se cierra porque entramos a una era de opacidad que siempre será hostil para democracia, por otra parte, la otra gran intención de los órganos autónomos era disponer de expertos en áreas esenciales y complejos de la economía.

La desaparición de los órganos autónomos destruye también años de experiencia, conocimiento acumulado y capital humano que le servía invaluablemente al país. El Gobierno mexicano caminará a ciegas o a tientas en muchos temas estratégicos que en mucho tienen que ver con la economía del futuro.

No podemos ser una república donde el ciudadano carezca de instrumentos y canales para hacer verdaderas auditorías de la acción gubernamental, tampoco es aceptable que una de las economías más grandes del planeta no tenga especialistas en áreas que definirán la competitividad de nuestra base productiva.

Abusando de las instituciones y las reglas se están destruyendo instituciones y violando reglas, esa es la gran tragedia de la joven y ahora disminuida democracia mexicana, concluyo presidente, se está fraguando la historia de una república que se devora a sí misma.

Muchas gracias.

Texto y Foto: Grupo Parlamentario del PRI en la Cámara de Senadores