Intervención del Diputado Federal del PRI, Eduardo Zarzosa Sánchez, durante la Reunión de la Comisión de Puntos Constitucionales – Dictamen: Modificación al Artículo 2º de la Constitución Mexicana, en materia de pueblos y comunidades indígenas, así como afromexicanos

Ciudad de México, 9 de agosto de 2024

-DIP. Eduardo Zarzosa Sánchez. – Con la venia de la presidencia, compañeras y compañeros diputados

Hoy, sin duda alguna, nuestras hermanas y nuestros hermanos indígenas estamos de fiesta. Desde hace muchos años no se concretaba una reforma de tal envergadura y hoy reconocemos y aplaudimos el esfuerzo de todos los grupos parlamentarios.

Este es un dictamen que sin duda alguna nos une, no hay un grupo parlamentario que va a votar en contra, porque todos reconocemos la deuda histórica que tenemos para con nuestras hermanas y hermanos indígenas. Para el PRI, los pueblos y comunidades indígenas y afrodescendientes son una parte esencial de nuestra historia y cultura, ya que representan una riqueza invaluable en términos de diversidad, conocimiento y valores.

Prueba de ello es que en el Partido Revolucionario Institucional, fue este partido, el primer partido político de nuestro país, que le dio un espacio de participación política real a los pueblos originarios, creando en 1996 la Secretaría de Acción Indígena al interior de su estructura, la cual en nuestra reciente Asamblea Nacional ha modificado su nombre para convertirse en la Secretaría de Pueblos Indígenas y Afromexicanos.

Datos del INEGI nos dicen que en México 23.2 millones de personas de 3 años y más se autoidentifican como indígenas, lo que equivale a casi un 20 por ciento de la población total del país. Por su parte, el mismo INEGI señala que existen cerca de 2 millones y medio de personas que se reconocen como afromexicanas, representando el 2 por ciento de la población total del país.

Los pueblos originarios son testimonio fiel de civilizaciones que florecieron y desarrollaron avanzados sistemas de conocimientos en áreas como la astronomía, la medicina, la agricultura y las artes.

Asimismo, las comunidades afrodescendientes llegaron a México a través de procesos históricos dolorosos, como la esclavitud, pero su contribución a la cultura y sociedad mexicana han sido igualmente significativa y transformadora. La diversidad de festividades rituales y prácticas ancestrales nos recuerda la pluralidad de nuestras raíces y la riqueza de nuestras formas de vida.

Las lenguas indígenas, más de 68 en todo el territorio nacional, son verdaderos tesoros de sabiduría y conocimiento. Miguel León Portilla decía que cuando muere una lengua entonces se cierra a todos los pueblos del mundo una ventana, una puerta, un asomarse de modo distinto a cuanto es ser y vida en la tierra, cuando muere una lengua ya muchas desafortunadamente han muerto y muchas pueden morir, espejos para siempre quebrados y sobre de voces de siempre acalladas, la humanidad se empobrece.

Debemos entender que la desaparición de una lengua, una costumbre o una tradición no es sólo una pérdida para el pueblo que la sostiene, sino para toda la humanidad, desde este poder constituyente tenemos la obligación de conservar y proteger las costumbres y tradiciones de los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas.

No sólo es cuestión de justicia histórica, es también una necesidad urgente para la supervivencia de nuestra diversidad cultural, compañeras y compañeros diputados, con esta Reforma se reconoce la pluriculturalidad además de la ya reconocida multietnicidad, reconociendo a los pueblos y comunidades indígenas como colectividades con una continuidad histórica de las sociedades precoloniales establecidas en el territorio nacional.

El texto Constitucional además ahora reconoce autoridades propias de acuerdo con sus sistemas normativos de los pueblos y comunidades indígenas.

Hoy y después de una larga lucha en el reconocimiento de pueblos indígenas se debe tomar en cuenta, además de todos los principios generales establecidos en nuestra Carta Magna, la auto-adscripción, y por primera vez se reconoce a los pueblos y comunidades indígenas como sujetos de derecho público con personalidad jurídica y patrimonio propio.

Es menester mencionar que ahora la Constitución reconoce y garantiza el derecho de los pueblos y comunidades indígenas para decidir conforme a sus sistemas normativos y de acuerdo con nuestra Constitución, sus formas internas de gobierno.

Además, con esta Reforma, la jurisdicción indígena se ejercerá por las autoridades comunitarias de acuerdo con los sistemas normativos de los pueblos y comunidades indígenas dentro del marco del orden jurídico vigente en los términos de nuestra Carta Magna y leyes aplicables. Sin duda alguna, son muchos los beneficios que contiene esta Reforma de gran calado.

Ahora será una obligación del Estado proteger y desarrollar su patrimonio cultural, material e inmaterial, además de que el Estado reconocerá la propiedad intelectual colectiva respecto de su patrimonio.

La deuda histórica con nuestras hermanas y hermanos indígenas y afrodescendientes aún sigue vigente. El tema de los desplazados y la falta de cumplimiento de los acuerdos de San Andrés Larráinzar, así como otras consecuencias del conflicto armado de Chiapas de 1994, han sufrido durante varios sexenios, incluyendo este, un letargo en su atención.

Pero hoy, sin duda alguna, compañeras y compañeros diputados, estamos dando un gran paso ante la reivindicación de los derechos de los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas.

El PRI, por supuesto, dará su voto a favor de este dictamen con el cual damos un paso más en la lucha por los derechos sociales, económicos y culturales de los pueblos indígenas y afrodescendientes.

¡Que vivan los pueblos y las comunidades indígenas y afrodescendientes!

Es cuarto, presidente.

Texto y Foto: Grupo Parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados