Mensaje de la presidenta de la Comisión de Bienestar del Senado de la República, Andrea Chávez Treviño, en la Clausura de la 1ra. Cumbre Latinoamericana de Defensoras Digitales

Ciudad de México, 27 de febrero de 2025

Muy buenos días tengan todas.

Me siento muy complacida de verles a cada una, y a cada uno de ustedes también, en éste el Senado de la República, que, durante muchos años, cientos de años en nuestro país estuvo tomado por hombres, en donde a las mujeres nunca se nos permitía ni siquiera llegar para escuchar las audiencias, las asambleas.

Los lugares en los que nos hemos parado en esta Cumbre: Los Pinos, la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Cámara alta, son lugares ahora en donde las mujeres podemos expresarnos, en donde las mujeres podemos reír, podemos llorar, podemos gritar y nadie nos va a regañar porque este es espacio de todas y de todos nosotros también.

Así es que gracias al Senado de la República por permitirnos estar el día de hoy aquí, y gracias a las compañeras defensoras digitales, a Olimpia Coral; Olimpia, te lo dije en la rueda de prensa y lo repito:

Yo te conocí en una conferencia en Ciudad Juárez, la frontera más fabulosa y bella del mundo, ciudad a la que orgullosamente represento en el Senado.

En donde se le dio nombre a la violencia feminicida, donde durante muchos años de manera impune se le arrebató la vida a cientos de mujeres, se le arrebató la libertad a cientos de mujeres, se le arrebató la dignidad, la soberanía a cientos de mujeres, y su seguridad.

Y tú dijiste que el feminismo había salvado tu vida, pero el día de hoy yo nuevamente te reitero: la Ley Olimpia ha salvado nuestras vidas. Te lo digo de corazón, querida Olimpia.

Saludo con gusto a las compañeras defensoras digitales, a las académicas, a las activistas, a las funcionarias, a las legisladoras, a todas las compañeras que se encuentran el día de hoy aquí y a las compañeras de los otros 11 países que han participado en esta Primera Cumbre Latinoamericana de Defensoras Digitales, les doy la más cordial bienvenida nuevamente al Senado.

Yo no quisiera extenderme porque lo más importante el día de hoy es el posicionamiento mundial que ustedes como defensoras digitales nos van a regalar a todo el país, a toda la patria grande y a todo el mundo.

Pero sí quiero hacer una reflexión: yo, hace poco, fui víctima de violencia digital en manos de un colaborador de un medio de comunicación, y el día de hoy nos acompañan varios medios de comunicación, y yo quiero añadir una complejidad a la reflexión, que nos ha acompañado en estos últimos días.

El colaborador se llama Antonio Garci Nieto, colaborador del periódico El Financiero, y es caricaturista.

Y él tiene dos audiencias iniciales sin presentarse al proceso que está abriéndosele por haber cometido el delito de violencia digital en contra de una servidora.

¿Pero saben qué me tiene muy contenta? Que está huyendo y el miedo ya cambio de bando, y eso vaya que empodera, ¡vaya que empodera!

Y a los medios de comunicación que el día de hoy nos acompañan, recordarles y que les puedan recordar a sus compañeros y compañeras de trabajo, que la carta de ética mundial para periodistas de la Federación Internacional de Periodistas, en su punto número nueve sostiene:

“Que el o la periodista velará porque la difusión de la información de opiniones no contribuya al odio o a los prejuicios y hará todo lo posible por no facilitar la propagación de la discriminación por motivos de género o de orientación sexual”, así como el Código Internacional de Ética Periodística de la UNESCO, que en su punto número seis sostiene que:

“El respeto del derecho de las personas a la vida privada de la dignidad humana, que conciernen a la protección de los derechos y a la reputación del otro, así como las leyes sobre difamación, calumnia e injuria, e insinuación maliciosa, hacen parte integrante de las normas profesionales del periodista”.

Si vulneran nuestros derechos, no es libertad de expresión. Así de sencillo les decimos a los medios de comunicación.

Y si políticas, senadoras, diputadas, diputados locales, regidoras, activistas, defensores digitales nos atrevemos a denunciar, eso no se llama censura, eso es también en defensa de nuestros derechos.

Y ese es el mensaje que yo le tengo a todas las compañeras y compañeros que nos acompañan el día de hoy, a no dejarnos intimidar por muy grande que sea el adversario, por muy grande que sea el enemigo, por muy grande que sea nuestro violentador, porque más grandes somos y seguiremos siendo nosotras gracias a herramientas como Ley Olimpia, que nos protegen porque ante las redes de impunidad, redes de protección.

Porque ante seguir escuchando todos los días que era nuestra culpa por habernos tomado esas fotografías, que nos lo merecíamos por haberle mandado esos videos a nuestros novios, a nuestras parejas sentimentales, que, si nos queríamos dedicar a política, para qué nos tomábamos una selfie; es más, para qué existimos.

Antes de eso, hay que decirles aquí existimos, resistimos, nuestro cuerpo es nuestro, nuestros derechos son nuestros, y tenemos grandes feministas aliadas en el Senado de la República y Cámara de Diputados para seguir consolidando éstas y otras tantas herramientas.

Ley Olimpia es la ley modelo que debe prevalecer en nuestro país, en las 32 entidades federativas, y en absolutamente todos los estados de América Latina y del mundo, porque es el regalo de México para todas las naciones.

Gracias, Olimpia, y gracias a todas ustedes.

Bienvenidas al Senado de la República.

Texto y Foto: Cámara de Senadores