Ciudad de México, 27 de enero de 2025

Muchas gracias, muy buenos días. Una disculpa por el retraso.

Hoy, como aquí se ha mencionado, estamos haciendo un homenaje, poniendo una ofrenda a don Gilberto Bosques Saldívar, un extraordinario diplomático mexicano que honró, no solamente nuestra siempre reconocida, más allá del partido que gobierne, extraordinaria política exterior, de respeto a la soberanía, de respeto a la autodeterminación de los pueblos.

Y que, en la Segunda Guerra Mundial, en esa situación tan terrible de nazismo, fascismo, racismo, genocidios, persecución y toda la barbarie que la guerra lleva, don Gilberto Bosques hizo una extraordinaria labor de salvamento.

No se ha hecho una película como la de La lista de Schindler ¿no? Debería hacerse una sobre don Gilberto Bosques, un extraordinario mexicano, un servidor público ejemplar, un humanista, un patriota que abrazó con su convicción a muchísimos seres humanos.

Porque, miren, hoy que resurge el nazismo, hoy que resurge, en pleno Siglo XXI, la pedestre idea de que la gente superior, por su color de piel, por su nacionalidad, por su concentración de riqueza, por su origen, hay que recordar lo que la Segunda Guerra Mundial dejó.

Porque hoy se cumplen 80 años de la liberación de Auschwitz y se recuerdan mucho las pérdidas humanas, el genocidio del pueblo judío, condenable absolutamente, siete millones, denme por buenos los números, pero se olvida que fueron 15 millones, que fueron comunistas, que fueron partisanos, partisanas, patriotas, gitanos, personas con alguna discapacidad que también fueron mandados a los campos de concentración y asesinados.

Se olvida que la Unión Soviética, a la Unión Soviética le costó más de 21 millones de vidas de tener al nazismo, y que fueron los primeros que llegaron a Alemania, a Berlín.

22 millones 680 mil 400, a Estados Unidos le costó 408 mil 838 vidas, a China, olvidadísimo, le costó 18 millones 600 mil muertes esta terrible guerra.

Las cifras son aterradoras, las cifras son números aparentemente fríos que detrás tienen una vida humana, no estamos hablando, no, no son judíos, no, no son comunistas, no, no son partisanos, no, no son patriotas, no, no son soviéticos, chinos, alemanes, estadounidenses, franceses, ingleses, australianos y una larga lista, mexicanos, mexicanas por supuesto.

No, no son, son seres humanos, seres humanos, personas que merecen el respeto a su dignidad como seres humanos, que no deben ser perseguidas por ser seres humanos, que deben…, la mayoría de la gente que se dedica a la política se dice creyente, ¿cómo puede ser creyente y odiar a los que su religión dice que son sus hermanas, sus hermanos?, ¿cómo puede perseguir?, ¿cómo puede deportar?, ¿cómo puede criminalizar la migración y la búsqueda de seres humanos que lo único que quieren es comer tres veces al día y que quieren una oportunidad para salir adelante?

Hoy, en pleno Siglo XXI y en esta fecha tan contradictoria, tan paradójica, del triunfo de los mejores valores, de la liberación con vida de personas que habían sufrido, literal, un infierno, pero a la vez que poco habría que celebrar viendo lo que esa guerra generó, lo que la (inaudible) nacista y fascista que hoy resurge con tanta fuerza, que hay líderes de naciones importantes que no solamente arropan esta visión que debería estar erradicada de la humanidad, que debería ser repudiada, no sólo la arropan sino la presumen, la hacen una política de Estado, la articulan como una visión legítima, pasando por encima del más elemental respeto a la dignidad de los seres humanos.

Así es que hoy, más que nunca, reivindicamos nuestra gloriosa política exterior, reivindicamos a don Gilberto Bosques Saldívar, que, como aquí se ha dicho, da nombre a una de nuestras más prestigiadas instituciones del Senado de la República y que realizan una tarea permanente de análisis, de propuesta, de trabajo profesional sobre la tarea central que la Cámara de Senadores tiene, que es la política exterior.

Yo cierro; no podía sólo hablar de historia, planteando mi respaldo absoluto a nuestra compañera presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, con la firmeza, la dignidad como ha defendido nuestra independencia y soberanía, como seguirá defendiendo nuestra independencia, nuestra soberanía y a nuestro pueblo.

Y manifiesto mi solidaridad con los hermanos, hermanas de Colombia, de Brasil, de toda la patria grande de América Latina frente a las deportaciones injustas.

Es la política interior del gobierno de Estados Unidos, eso no se discute, ellos tienen derecho a decidir sus políticas migratorias, pero eso no deja de ser injusto, no deja de ser un agravio, no deja de ser una falta de reconocimiento elemental a millones de mujeres y hombres migrantes que contribuyen todos los días a la riqueza del vecino país con su trabajo y con sus impuestos.

Dicen que no van a permitir que sigan enviando divisas, si no son, si no tienen una situación migratoria regularizada, pero a la hora de pagar impuestos no les preguntan si tienen la situación regularizada, a la hora de aportar miles de millones de dólares a la economía estadounidense nos les preguntan cuál es su situación, su estatus migratorio.

Yo estoy cierto que terminará la actual administración del gobierno de Estados Unidos y México seguirá siendo una nación libre y soberana. El Golfo de México se seguirá llamando Golfo de México, y la patria seguirá siendo nuestro objetivo fundamental, honrando con los hechos la manera de hacer política que don Gilberto Bosques, extraordinario funcionario mexicano hizo durante toda su vida.

¡Larga vida a Gilberto Bosques Saldívar!

¡Larga vida a nuestra honrosísima política exterior, que es orgullo del estado mexicano y de nuestro pueblo!

Y, ¡larga vida a la dignidad de todo ser humano!

Muchas gracias por su atención.

Texto y Foto: Cámara de Senadores