Mensaje del senador Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República

Ciudad de México, 17 de septiembre de 2024

Este fin de semana histórico, 15 de septiembre, el último grito del compañero presidente López Obrador. La plaza llena, el pueblo volcado, agridulce, contentos por todo lo que se ha hecho, tristes porque se va el compañero Presidente.

Se firmó el decreto para la reforma al Poder Judicial, vamos a ser el primer país del mundo que elija por el voto universal, secreto y directo a todas las personas juzgadoras.

Y aparece el fin de semana, el 16 septiembre, Ernesto Zedillo Ponce de León, recordado como presidente de la República 94-2000, por cualquier cantidad de calamidades. Ese hombre, en diciembre, 5 de diciembre del 94, de un plumazo, en un mes quitó, a 26 ministros de la Corte, reduciendo la Corte a 11 ministros, sin foros de discusión, sin parlamentos abiertos.

Las dos Cámaras en un mes, él entró el 1° de diciembre, en enero ya estaba la reforma aprobada, ya habían mandado 26 ministros a retiro, inclusive se quedó por lo menos una semana sin Suprema Corte de Justicia de la Nación el país.

Y ese hombre viene a hablarnos de destrucción de la democracia.

Ganamos de manera impresionante el 2 de junio. La gente, una de las reformas que apoyó fundamentalmente, fue la reforma al Poder Judicial.

Pero, ¿con qué calidad moral y política este expresidente viene a ser el vocero de la derecha?

Ese hombre que acordó con Acción Nacional, con Felipe “Del Sagrado Corazón de Jesús” Calderón Hinojosa, que se aprobara hacer deuda pública la deuda privada de los bancos, el FOBAPROA, que empezó en 532 mil millones de pesos, les hemos pagado un billón de pesos, un millón de millones de pesos, y les debemos 800 mil millones; y ese sujeto viene a darnos clases de principios, de ética, de moral, de democracia.

Ese hombre que es responsable de la Matanza de Acteal y de Aguas Blancas.

Ese personaje siniestro que privatizó los Ferrocarriles Nacionales de México, diciendo que iban a ser los más modernos del mundo, tan modernos que eran invisibles los ferrocarriles de pasajeros. Se convirtió, en funcionario de Kansas City Railroad, la empresa a la que le regaló Ferrocarriles Nacionales de México.

No me voy a meter a muchos temas más. Sólo voy a recordar que el 24 de julio del 96, siendo yo dirigente de los deudores de la Banca, me tiré a la salida de Palacio Nacional para que no pudiera salir la camioneta Suburban del entonces presidente Zedillo.

Han dicho que me tiré a los pies, han dicho cualquier cantidad de necedades, cuando fue un acto de valor y determinación porque no nos atendían los deudores de la Banca. Me levantó, yo, me estaban jalando los del Estado Mayor Presidencial, sentí una mano en el hombro, y le di un manazo y me dijo: “soy Zedillo”, y volteé, y sí era. Me ayudó a parar, me tomó del brazo, nos fuimos caminando hacia la Suprema Corte de Justicia de la Nación y se comprometió a revisar una propuesta de solución a la cartera vencida que yo le había entregado en ese momento.

¿Saben cuándo cumplió? ¡Nunca! Todos los días 26 íbamos a protestar a Palacio Nacional exigiéndole el cumplimiento de la palabra y no la cumplió nunca.

Lo que hizo fue, desde el 1° de diciembre, por el error de diciembre, a los primeros días de su gobierno, mandar al país a una crisis feroz, que mandó a cartera vencida a millones de mexicanos a lo largo y ancho del país y a quien salvó fue a los banqueros.

Nunca le tendió una mano a la mayoría de las personas endeudadas por la crisis por él generada. Este es ahora el héroe de la derecha, este es ahora el vocero del Poder Judicial, que ya se va.

Así como dije y termino, no hay poder sobre la Tierra que detenga la reforma al Poder Judicial, no hay poder sobre la Tierra que detenga la instrumentación.

Qué quiere decir, que en junio de 2025 se elegirá la Corte, los magistrados de circuito, la mitad de los jueces federales y la mitad de los jueces locales del país, y en junio de 2027 la otra mitad. Así será, aunque a Zedillo y a sus corifeos no les guste la democracia.

No, no se llama dictadura, señor Zedillo Ponce de León. El ejercicio del pueblo y el mandato del pueblo se llama democracia. Haga 100 planas, repítalo hasta que se lo aprenda, democracia.

El pueblo manda, en México manda el pueblo de México y nunca más personajes siniestros como usted.

Texto y Foto: Cámara de Senadores