Arsenal
No
me pregunten cómo, pero lo sé. Los senadores de Morena y sus aliados estaban
conscientes de que Rosario Piedra Ibarra no alcanzaba la mayoría calificada
para ser titular de la CNDH.
Aun
así, a sabiendas de que se pisoteaba la ley, le tomaron protesta, sin el menor
rubor, hace ocho días.
La
estrategia de la 3ª votación, ideada por Ricardo Monreal para lavarle la cara
al Senado luego de las irregularidades de la 2ª ronda, dio un vuelco cuando los
morenos se dieron cuenta de que no les alcanzaban los votos.
La
única salida que les quedaba era votar en contra de esa propuesta de su
coordinador parlamentario. No lo dudaron. Por el bien de la 4T, primero el
Presidente.
Se
enteraron, por la cúpula parlamentaria del grupo, que legisladores de oposición
que tenían cooptados para alcanzar el mencionado requisito legal no los iban a
acompañar en esa 3ª votación.
Tenían claro que si sufragaban de nuevo tendrían que regresar la terna a comisiones y armar una nueva. Una contrariedad para el hombre de Palacio.
*
El enredo comenzó el jueves de la semana anterior, cuando la Mesa Directiva de
la Cámara alta hiciera “magia” para otorgar mayoría calificada a la hija de
Rosario Ibarra, con 76 de 116 que emitieron su voto.
Le
faltó voto y medio para alcanzar los dos tercios de los presentes que se
requieren para ser elegido, pero apareció el fantasma de Houdini para ayudar a
la 4T.
Los
morenos avalaron, sin rubor, la farsa. Se les olvidó la “honestidad valiente”.
Había
que “cumplirle” al Presidente a como diera lugar, como dijo un miembro de esa
bancada. Sabían que la decisión tenía un costo político grande. No les importó.
Rosario tenía que tomar protesta “a como dé lugar”.
El
costo comenzó a ser alto. La imagen del Senado se distorsionó. Había que hacer
algo para borrar las dudas que la última elección dejó.
A
Monreal se le ocurrió la estrategia de la tercera ronda, a la que tuvo que
renunciar al darse cuenta de que no tenía los votos requeridos. No fue ajeno a
la decisión de su bancada de votar en contra de la propuesta.
Sabemos
también que internamente hubo reclamos por declaraciones del coordinador de
Morena a los medios. Habló de “una rebelión” interna. Sintieron que los
arquitectos de la estrategia jugaban con ellos.
Ricardo
tuvo que dar la cara y pedirles que no convirtieran la elección de Rosario en
una derrota interna.
El
tema de la elección de Piedra no es menor. Desnuda el cinismo al que se ha
llegado para satisfacer los caprichos de un solo hombre.
Una
obligación primaria de los legisladores es cumplir y hacer cumplir la
Constitución y las leyes. Preocupa el autoengaño que se hace patente en los que
tanto gritaron “fraude” en el 2006 y hoy avalan lo ocurrido en la “Casa del
Pueblo”.
La
señora Piedra, si en realidad se respetara, si fuese congruente como dicen, ya
habría renunciado al cargo.
Será
la “ombudsperson espuria”. Eso no se lo quita nadie. Ni las ocurrencias del
senador Félix Salgado Macedonio.
*
También hay buenas. Durante un operativo bien planteado y mejor ejecutado,
elementos de la policía de investigación de la PGJ-CDMX detuvieron, en
flagrancia, a cinco ladrones de la banda Los Mudanceros, que roban casas
habitación en la colonia del Valle.
Lo
más notable es que, en su último atraco, además de pantallas, relojes y
computadoras, los ladrones se llevaron efectivo. Todo el botín, incluido el
dinero, les fue restituido a las víctimas. Enhorabuena, comandante Manuel Durán
Tapia.
*
Funcionó la protesta de 25 gobernadores que se oponían a que desapareciera el
famoso Fondo Minero —cinco mil millones de pesos para el 2020— y a que esos
recursos sirvieran para completar las necesidades de la educación.
El
fondo está destinado a la mejora del ambiente y el entorno donde se desarrolla
la minería.
Es financiado con un 7.5% de las utilidades de la industria, según Alberto Vázquez, miembro de la Asociación de Ingenieros Mineros, Metalurgistas y Geólogos de México.
Publicado por Excélsior