Soberanía farmacéutica: un paso histórico para la salud de México

Ciudad de México, 30 de mayo de 2025

POSICIONAMIENTO

La Presidenta Claudia Sheinbaum ha presentado una estrategia fundamental del Plan México: el desarrollo de una industria farmacéutica nacional fuerte, innovadora y soberana.

Durante décadas, nuestro país dependió de la importación de medicamentos, insumos médicos y vacunas. Hoy, cerca del 70% de lo que usamos en nuestro sistema de salud viene del extranjero. Esta dependencia nos ha hecho vulnerables, especialmente en momentos críticos como la pandemia.

Por eso, esta nueva estrategia representa un cambio de rumbo histórico. Es una apuesta por la soberanía sanitaria, por la innovación científica y por el desarrollo económico con justicia social.

¿Qué significa esto en la práctica?

Significa que México producirá más medicamentos aquí, con nuestras manos, nuestra ciencia, nuestra gente.

Significa que abriremos bioincubadoras, parques industriales y centros de formación de talento para formar a las y los jóvenes especialistas que diseñarán el futuro de nuestra salud.

Significa que empresas nacionales y extranjeras que quieran vender medicamentos al gobierno mexicano tendrán que invertir aquí, no solo venir a vender. Esa inversión se traducirá en empleos, infraestructura y transferencia de tecnología.

Gracias a un decreto presidencial, las compras públicas de medicamentos —que representan más de 300 mil millones de pesos cada dos años— priorizarán a aquellas empresas que inviertan en territorio mexicano. Así, tanto los medicamentos genéricos como los de patente contribuirán al fortalecimiento de nuestra industria.

La salud no es un negocio, es un derecho y el Estado tiene la responsabilidad de garantizarlo con soberanía y visión a largo plazo.

Con este plan, también se está modernizando la COFEPRIS, nuestra agencia regulatoria. Ahora, los trámites serán digitales, más rápidos y más transparentes. Pasamos de tardar 115 días a solo 40 en aprobar protocolos clínicos y muy pronto será una o dos semanas. Esto significa más rapidez para poner medicamentos en las farmacias de los hospitales y centros de salud.

Este es un acto de justicia para los millones de mexicanos que padecen enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión o cáncer y que no pueden esperar.

Es también un acto de visión: con esta política, México se perfila como un hub regional en innovación farmacéutica, atrayendo inversiones de países como India, Estados Unidos, Brasil y Europa.

En este proyecto se cruzan salud, ciencia, soberanía y justicia social. No se trata solo de producir pastillas. Se trata de devolverle al pueblo mexicano el control sobre su salud, de hacer valer el derecho al medicamento gratuito y oportuno y de asegurar que nuestras hijas e hijos puedan estudiar, trabajar y desarrollarse en un país que cuida su salud con tecnología propia y decisiones soberanas.

Se trata de tener una industria farmacéutica al servicio de la gente, no del lucro.

DIP. MARÍA DE LOS DOLORES PADIERNA LUNA

VICEPRESIDENTA DE LA MESA DIRECTIVA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

Texto y Foto: Cámara de Diputados