115 Aniversario de la Revolución Mexicana

Ciudad de México, 20 de noviembre de 2025

Versión estenográfica del evento encabezado por la presidenta de los Estados Unidos Mexicanos, Claudia Sheinbaum Pardo, desde la Ciudad de México

MODERADOR: Escuchemos el mensaje que dirige la Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, Doctora Claudia Sheinbaum Pardo.

PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: Buenas tardes, a todas, a todos.

General Ricardo Trevilla Trejo, secretario de la Defensa Nacional.

Almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, secretario de Marina.

A todos los altos mandos del Ejército, Fuerza Aérea, Guardia Nacional, así como de la Armada de México.

A la presidenta de la Cámara de Diputados.

Presidenta de la Cámara de Senadores.

Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Amigas y amigos.

Niñas y niños.

Mexicanas y mexicanos:

Hoy, 20 de noviembre, recordamos el inicio de la gesta revolucionaria de 1910 y, con ello, convocamos a la memoria profunda del pueblo de México que, a lo largo de su historia, nunca aceptó la injusticia como destino.

La Revolución Mexicana es una de las grandes Transformaciones del siglo XX, que reivindicó derechos sociales, soberanía e independencia, recursos de la nación y el derecho del pueblo a elegir a sus gobernantes.

La Revolución fue un levantamiento armado contra el dictador Porfirio Díaz, quien encabezó durante 34 años un régimen de opresión, autoritarismo y privilegios.

Porfirio Díaz se presentaba como un defensor del orden y el progreso, pero, en realidad, construyó un régimen autoritario sostenido por la represión, el miedo y la sumisión forzada del pueblo.

Bajo su mando, las elecciones se convirtieron en una simple simulación donde los resultados ya estaban decididos de antemano y cualquier oposición era perseguida, encarcelada o silenciada.

Todo ello, mientras entregaba recursos naturales a compañías extranjeras, despojaba a comunidades indígenas de sus tierras para entregarlas a particulares nacionales y extranjeros, mientras convertían a los dueños de las tierras en trabajadores agrícolas con extenuantes jornadas, salarios de hambre y tiendas de raya que mantenían al jornalero con cada vez mayores deudas.

Así, en las haciendas, minas y fábricas predominaban jornadas inhumanas, salarios miserables y castigos para quienes se atrevían a protestar.

La represión a los pueblos indígenas fue cruenta. El ejemplo más atroz de ello fue la verdadera guerra de exterminio contra los yaquis, con el objetivo de repartir sus tierras a particulares.

“El progreso” —entre comillas— del porfiriato fue, en realidad, un progreso para unos cuantos, construidos sobre la explotación brutal, el racismo social y la injusticia cotidiana.

El país vivía un brillo artificial.

Ferrocarriles, calles modernizadas en las ciudades, mientras la miseria crecía en el campo.

Discursos de orden mientras se reprimía levantamientos a sangre y fuego.

Los trabajadores que intentaron organizarse eran perseguidos, encarcelados o asesinados.

Las huelgas de Cananea y Río Blanco mostraron al mundo la brutalidad con la que el régimen respondía a la exigencia mínima de justicia.

Las libertades políticas estaban canceladas.

La prensa independiente era acosada.

Los opositores eran vigilados, exiliados o silenciados.

Y las elecciones ―como dijimos― no eran sino una simulación.

En realidad, lo que se trataba era de perpetuar el control de una élite que gobernaba sin responder al pueblo.

Ese era el México al que se enfrentó Francisco I. Madero y al que previamente se habían enfrentado los hermanos Flores Magón, encarcelados y exiliados.

Madero, un hombre profundamente convencido de la democracia y la legalidad, buscó primero el camino pacífico. Escribió, recorrió el país, fundó un partido político y llamó a elecciones libres. Su mensaje encontró eco en una sociedad cansada de la opresión.

Pero cuando Porfirio Díaz, después de haber prometido en una entrevista “que no se reelegiría”, decidió una vez más aferrarse al poder y mandar encarcelar a su principal opositor.

Fue entonces que el Apóstol de la Democracia comprendió que el camino institucional estaba cerrado.

Fue en esa hora oscura, luego de su detención en San Luis Potosí y de escapar hacia Estados Unidos, cuando tomó una decisión que cambiaría la historia de la nación: con plena conciencia del peligro, entendiendo que su vida corría riesgo y que la suya sería una lucha desigual contra un aparato autoritario, Madero redactó el Plan de San Luis.

Ese documento, escrito en el exilio y en la incertidumbre, llamó a desconocer el régimen ilegítimo y fijaba una fecha para levantarse en armas: el 20 de noviembre de 1910, hace 115 años.

El Plan de San Luis decía:

“Los pueblos, en su esfuerzo constante porque triunfen los ideales de libertad y justicia, se ven precisados en determinados momentos históricos a realizar los mayores sacrificios”.

Proponía, además, la restitución de las tierras a quienes les habían sido arrebatadas y la construcción de un país donde el voto realmente expresara la voluntad popular: “Sufragio efectivo, no reelección”.

Se sumaron al llamado campesinos, obreros, sectores diversos, hartos del autoritarismo.

Zapata y Villa, grandes héroes populares que en un inicio acompañaron a Madero en la lucha por un país justo y democrático.

El Plan de San Luis fue más que un llamado a la rebelión, fue un acto de fe en el pueblo de México, fue la convicción de que ningún poder, por grande que sea, puede imponerse a la justicia y a la verdad.

El llamado de Madero tuvo eco.

Después de solo 6 meses, el 10 de mayo de 1911, el General Navarro, defensor porfirista de la Plaza de Ciudad Juárez, se rinde ante los revolucionarios.

Madero emprende su camino hacia la Ciudad de México. Es vitoreado y aclamado en cada pueblo y en cada ciudad. Su entrada triunfal a la Ciudad de México solo recordaba a la entrada de Juárez, después de la conquista de la segunda Independencia.

Es elegido Presidente, por voto popular.

Sin embargo, el derrumbe del antiguo régimen no era un acto instantáneo, se trataba de una empresa gigantesca.

Como Presidente, Madero entregó cada día de su vida a perseguir ese ideal, que creía indispensable para tejer un país de paz y con progreso. No estuvo exento de tropiezos y quizá no supo medir la profundidad de las demandas del pueblo que aclamaban justicia, pero sus fallas palidecen frente a la grandeza de su visión.

Fue un pionero de la democracia, cuando ésta apenas era un susurro, un soñador audaz que decidió luchar contra la inercia de décadas de injusticia y autoritarismo.

El Golpe de Estado que derrocó a Francisco I. Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez en febrero de 1913 fue una traición orquestada, desde un grupo del viejo régimen porfirista dentro del poder militar, que permaneció y fue respaldada desde el exterior.

Durante la llamada “Decena Trágica”, los enemigos del gobierno, entre ellos, Victoriano Huerta y Félix Díaz, conspiraron para destruir el proyecto democrático que Madero representaba.

A esta conjura se sumó el embajador de Estados Unidos, Henry Lane Wilson, quien intervino abiertamente apoyando a los golpistas y avaló los pactos que sellaron la caída del gobierno legítimo.

Esa injerencia extranjera, sumada a la traición interna, culminó en el asesinato de Madero y Pino Suárez, un crimen que abrió uno de los capítulos más dolorosos y violentos de la historia de México.

Después del Golpe de Estado, el 19 de febrero de 1913, el Congreso del estado de Coahuila publicó un célebre Decreto en el que desconocía al usurpador Victoriano Huerta y facultaba a Venustiano Carranza para crear una fuerza armada y restablecer la democracia y el orden constitucional.

Villa y Zapata continuaron con el movimiento revolucionario para luchar contra el régimen de Huerta, formando parte de las fuerzas que finalmente lo derrocaron.

Lo cierto es que la nación entera se convirtió en un campo de batalla, marcado por incendios, hambre y epidemias. Las cifras estremecen: entre 1913-1917, según don Jesús Silva Herzog, la guerra, la miseria y el tifo arrancaron la vida de un millón de mexicanos.

Fue un periodo de dolor, traiciones, pero también un momento decisivo en el que el espíritu del pueblo, endurecido por la tragedia, siguió avanzando para alcanzar la patria que soñó Madero.

La Revolución Mexicana quedó plasmada en la Constitución de 1917, la más avanzada del mundo en cuanto a justicia social. Se reconocieron las principales demandas del pueblo:

El derecho de los campesinos a la tierra.

El salario mínimo.

La jornada de 8 horas.

La organización sindical.

La seguridad social.

El derecho a la educación.

Y a pesar de fuertes presiones de compañías y gobiernos extranjeros, se logró recuperar para la nación las riquezas naturales.

El General Lázaro Cárdenas cumplió, años más tarde, la letra escrita de la Constitución de 1917.

Más que seguir delineando lo que ocurrió después, hoy quiero poner énfasis en los 34 años del porfirismo y la Revolución, pues es una responsabilidad histórica.

Porque quienes hoy reivindican la mano dura, la fuerza por encima de la ley, los que reivindican la ultraderecha o esa libertad que solo disfrutan los privilegiados, no conocen la historia de México ni a nuestro pueblo.

El porfiriato de entonces es al mismo al que quieren convocar ahora: al del despojo, al del exterminio silencioso, al de la esclavitud, al de una prensa callada, al de una paz impuesta.

Tampoco hay que olvidar el periodo previo al de la actual Transformación: 36 años de regresiones, pobreza, desigualdad, corrupción y privilegios; el periodo neoliberal.

Cuatro Transformaciones han marcado la historia de México: la Independencia, la Reforma, la Revolución, que fueron armadas.

Y la Cuarta, una Transformación pacífica decidida mayoritariamente por el pueblo de México, que reivindica la justicia, la libertad, la democracia y la prosperidad compartida.

La Transformación que inició en 2018 está fuerte porque hay honestidad, resultados y amor al pueblo.

Porque cuando un pueblo reconoce su historia, su dignidad y su fuerza colectiva, defiende sus conquistas.

Por eso hoy, con la fuerza de nuestra memoria colectiva, afirmó: ¡México no volverá a caminar hacia atrás!

La paz y la tranquilidad son fruto de la justicia. Por ello, no tienen resonancia los discursos que normalizan la violencia como camino, que glorifican la imposición o que pretenden restaurar un país de privilegios para unos cuantos.

El que convoca a la violencia, se equivoca.

El que alienta al odio, se equivoca.

El que cree que la fuerza sustituye a la justicia, se equivoca.

El que convoca una intervención extranjera, se equivoca.

El que convoca, el que piense que aliándose con el exterior tendrá fuerza, se equivoca.

El que cree que las mujeres somos débiles, se equivoca.

El que cree que la Transformación duerme, se equivoca.

El que piensa que las campañas de calumnias y mentiras hacen mella en el pueblo y en los jóvenes, se equivoca.

El que piensa que el pueblo es tonto, se equivoca.

México vive un momento que antes parecía imposible. Hoy el poder ya no se usa para someter, sino para servir. Ya no hay imposiciones ni privilegios, hay constitución, hay democracia y hay un gobierno que escucha, que respeta y que responde a su pueblo.

Hoy las libertades no solo se otorgan desde arriba; se ejercen desde abajo, desde cada barrio, desde cada comunidad, desde cada voz que habla con dignidad, porque en México ya nadie es silenciado, ya nadie es perseguido por pensar distinto, y eso es una conquista del pueblo de México.

Hoy el gobierno dejó de ser un espacio reservado para unos cuantos. Ya no es un club de privilegiados. Hoy representa a todas y a todos: a quienes estudian, a quienes trabajan, a los comerciantes, a los jóvenes, a los indígenas, a las mujeres, pero, sobre todo, representa a las y los que menos tienen, a las y los humildes, para poder conseguir su bienestar.

Se acabó la era de los lujos del poder. Se gobierna con austeridad, con ética, con honestidad. Porque, que se oiga bien y que se oiga fuerte: ¡La autoridad moral no se compra ni con todo el dinero del mundo, se construye a lo largo de la vida con coherencia y convicciones!

Por ello, no aceptamos la corrupción y desde aquí, seguimos luchamos con la ley en la mano contra la impunidad.

El México de hoy es el del pueblo que dice: Nunca más racismo, nunca más clasismo, nunca más discriminación, nunca más justicia para unos cuantos. Nadie ni nada por encima de la ley. Nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho. Es una nación que, con orgullo, defiende sus conquistas, su historia, su memoria y su patrimonio.

Nada bueno puede surgir de quienes han hecho de la corrupción su modo de vida. Nada puede esperarse de algunos medios que usan su espacio para la calumnia, de algunos comentócratas que cambian de opinión según su conveniencia, ni de los poderosos cegados por la ambición.

Por eso, recordamos la historia y sabemos que cuando un gobierno camina con el pueblo, nada ni nadie pueden doblegarlo.

Nos calumnian porque saben de nuestra honestidad, saben que no nos vamos a someter a los intereses de quienes antes ostentaban el poder o gozaban de privilegios, ni a ningún gobierno o interés extranjero.

Saben que no seremos figuras decorativas, o simples instrumentos de quienes estaban acostumbrados a robar y a concentrar el poder económico y político del país.

Contamos con el respaldo de la mayoría de las y los mexicanos, sobre todo, de quienes habían sido históricamente olvidados, porque buscamos la prosperidad compartida, porque sabemos que “Por el bien de todos, primero los pobres” y que con el pueblo se hace todo o no se hace nada.

Nuestra honestidad y amor al pueblo nos acompañan. Por eso, la campaña de calumnias, de mentiras, no hace mella, porque el pueblo sabe que no nos vamos a doblegar frente a la ilegalidad o la injusticia. El pueblo de México está más fuerte porque sabe que, juntas y juntos, defendemos la soberanía, la independencia y la justicia.

Termino recordando que la Revolución Mexicana nos dejó grandes enseñanzas y legados. Uno de ello, nuestras Fuerzas Armadas, surgidas de la Revolución Mexicana, surgidas de una gesta heroica del pueblo en contra de un Golpe de Estado.

Por ello, reconozco y el pueblo de México reconoce su patriotismo, valor, entrega y servicio al pueblo.

Felicito a todas y todos los oficiales de Marina y Defensa que ascienden este día histórico, 20 de noviembre, y les convoco a mantener siempre en alto la lealtad al pueblo y el amor a la patria.

Mexicanas y mexicanos:

Nuestra historia lo ha demostrado una y otra vez: Cuando caminamos juntos con los principios que nos han guiado, nada nos detiene. México avanza hoy, más que nunca, con un pueblo con dignidad y con memoria. México avanza por la senda de la honestidad, de la paz, de la democracia y de la justicia.

PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: ¡Que viva la Revolución Mexicana!

ASISTENTES: ¡Viva!

PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: ¡Que viva Francisco I. Madero!

ASISTENTES: ¡Viva!

PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: ¡Que viva Zapata!

ASISTENTES: ¡Viva!

PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: ¡Que viva Villa!

ASISTENTES: ¡Viva!

PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: ¡Que viva Carranza!

ASISTENTES: ¡Viva!

PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: ¡Viva México libre, independiente y soberano!

ASISTENTES: ¡Viva!

PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: ¡Viva México!

ASISTENTES: ¡Viva!

PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: ¡Viva México!

ASISTENTES: ¡Viva!

PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: ¡Viva México!

ASISTENTES: ¡Viva!

MODERADORA: La Revolución Mexicana fue un hecho histórico glorioso para nuestra nación que dio inicio en 20 de noviembre de 1910, cuando hombres y mujeres de diferentes rincones de nuestra tierra respondieron al llamado del Plan de San Luis, proclamado por Francisco I. Madero, para tomar las armas contra el gobierno de Porfirio Díaz e iniciar un profundo cambio del país.

Esta lucha representaría el anhelo de nuestro pueblo por la justicia, la libertad y la igualdad.

MODERADOR: Es por ello, que en esta fecha tan significativa conmemoramos el 115 Aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, recordando con respeto a los héroes que definieron el rumbo de nuestra nación y nos dejaron como legado, más que una serie de reformas, una identidad y una Constitución que, en 1917, estableció derechos fundamentales para todos los mexicanos y constituyó la base legal para la creación de instituciones como el actual Ejército Mexicano y Fuerza Aérea Mexicana.             

Preside esta Ceremonia Conmemorativa al 115 Aniversario del inicio de la Revolución Mexicana la Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, Doctora Claudia Sheinbaum Pardo.

MODERADOR: Integran la línea de honor:

El General Ricardo Trevilla Trejo, secretario de la Defensa Nacional y alto mando del Ejército, Fuerza Aérea y Guardia Nacional.

MODERADORA: Almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, secretario de Marina y alto mando de la Armada de México.

MODERADOR: Diputada Kenia López Rabadán, presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.

MODERADORA: Senadora Laura Itzel Castillo Juárez, presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores.

MODERADOR: Licenciado Hugo Aguilar Ortiz, ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

MODERADORA: Licenciada Clara Brugada Molina, jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

MODERADOR: Licenciada Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria de Gobernación.

MODERADORA: Doctor Juan Ramón de la Fuente Ramírez, secretario de Relaciones Exteriores.

MODERADOR: Licenciada Ernestina Godoy Ramos, consejera jurídica del Ejecutivo Federal.

MODERADORA: Maestra Luz Elena González Escobar, secretaria de Energía.

MODERADOR: Maestro Jesús Antonio Esteva Medina, secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes.

MODERADORA: Doctor Julio Berdegué Sacristán, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural.

MODERADOR: Maestra Raquel Buenrostro Sánchez, secretaria de Anticorrupción y Buen Gobierno.

MODERADORA: Maestro Mario Delgado Carrillo, secretario de Educación Pública.

MODERADOR: Doctor David Kershenobich, secretario de Salud.

MODERADORA: Licenciada Claudia Curiel de Icaza, secretaria de Cultura.

MODERADOR: Doctora Edna Elena Vega Rangel, secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano.

MODERADORA: Maestro Marath Baruch Bolaños López, secretario del Trabajo y Previsión Social.

MODERADOR: Licenciada Josefina Rodríguez Zamora, secretaria de Turismo.

MODERADORA: Doctora Rosaura Ruiz Gutiérrez, secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación.

MODERADOR: Maestro José Antonio Peña Merino, titular de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones.

MODERADORA: Licenciado Martí Batres Guadarrama, director general del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado.

MODERADOR: Maestro Zoé Alejandro Robledo Aburto, director general del Instituto Mexicano del Seguro Social.

MODERADORA: Maestra Emilia Esther Calleja Alor, directora general de la Comisión Federal de Electricidad.

MODERADOR: Licenciado Efraín Morales López, director de la Comisión Nacional del Agua.

MODERADOR: Licenciado Adelfo Regino Montes, director del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas.

MODERADORA: Licenciado Jesús Ramírez Cuevas, coordinador de asesores de la Presidenta de México.

MODERADOR: Licenciado Lázaro Cárdenas Batel, jefe de la Oficina de Presidencia.

MODERADORA: Licenciada Leticia Ramírez Amaya, coordinadora de Asuntos Gubernamentales y de Participación Social.

MODERADOR: Almirante de Cuerpo General Diplomado de Estado Mayor, José Barradas Cobos, subsecretario de Marina.

MODERADORA: Licenciado Sergio Salomón Céspedes Peregrina, director del Instituto Nacional de Migración.

MODERADOR: General de División de Estado Mayor, Maximiliano Cruz Ramos, inspector y contralor del Ejército, Fuerza Aérea y Guardia Nacional.

MODERADORA: Almirante de Cuerpo General Diplomado de Estado Mayor, Francisco Guillermo Escamilla Cásares, oficial mayor de Marina.

MODERADOR: Almirante de Cuerpo General Diplomado de Estado Mayor, Gerardo de Jesús Toledo Guzmán, inspector y contralor general de Marina.

MODERADORA: Almirante Infantería de Marina, paracaidista Diplomado de Estado Mayor, José Manuel Salinas Pérez, jefe de Operaciones Navales de la Armada de México.

MODERADOR: General de División de Estado Mayor, Francisco Jesús Leana Ojeda, comandante del Ejército Mexicano.

MODERADORA: General de División piloto aviador de Estado Mayor, Román Carmona Landa, comandante de la Fuerza Aérea Mexicana.

MODERADOR: Y General de División Guardia Nacional de Estado Mayor, Hernán Cortés Hernández, comandante de la Guardia Nacional.

MODERADORA: También contamos con la distinguida presencia de agregados militares, navales, aéreos y policiales acreditados en nuestro país.

MODERADOR: Generales en situación de retiro.

MODERADORA: Generales, almirantes, jefes, capitanes, oficiales, cadetes, tropa y marinería pertenecientes al Ejército Mexicano, Fuerza Aérea Mexicana, Armada de México y Guardia Nacional.

MODERADOR: Alumnos, alumnos y docentes integrantes del Sistema Educativo Nacional.

MODERADORA: Así como representantes de medios de comunicación y quienes nos siguen por internet a través de redes sociales.

Reciban todas y todos la más cordial bienvenida.

Hace uso de la palabra el General Ricardo Trevilla Trejo, secretario de la Defensa Nacional y alto mando del Ejército, Fuerza Aérea y Guardia Nacional.

SECRETARIO DE LA DEFENSA NACIONAL, RICARDO TREVILLA TREJO: Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta de la República y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas.

Apreciables representantes de los Poderes Legislativo y Judicial.

Distinguidos integrantes del Gabinete Legal y Ampliado del Gobierno de la República.

Respetable jefa Gobierno de la Ciudad de México.

Invitados especiales.

Agregados de Defensa militares, navales, aéreos y policiales acreditados en nuestro país.

Compañeras y compañeros de armas del Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Guardia Nacional.

Apreciables familias, niñez y juventud mexicana que nos acompañan.

Representantes de los medios de comunicación.

A todos, muy buenos días.

En esta fecha significativa rememoramos uno de los episodios más trascendentales de nuestra historia: la Revolución Mexicana. Y qué mejor escenario que la emblemática Plaza de la Constitución que durante esta lucha armada fue testigo de épicos momentos, como la entrada del Apóstol de la Democracia en la conocida “Marcha de la Lealtad” de 1913; y el encuentro de Francisco Villa y Emiliano Zapata, en 1914, para unir los Ejércitos del Norte y del Sur en la búsqueda de sus ideales.

La Revolución Mexicana no solo fue un movimiento armado, sino el despertar colectivo de un pueblo que decidió forjar su destino con valientes mujeres y hombres que lucharon por la libertad, la igualdad y la justicia social.

Hoy en día representa un legado indeleble de nuestra historia, la base de nuestra identidad y pilar de nuestra mexicanidad, que es la esencia en la que se fundan nuestras raíces, cultura, costumbres, tradiciones, y nos hace únicos en el mundo.

Fueron innumerables las mexicanas y mexicanos que defendieron los ideales revolucionarios con valentía, sentido de igualdad y justicia social, pero, sobre todo, con acendrado amor por México. Entre ellos, destacan: Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Francisco Villa, Emiliano Zapata y Felipe Ángeles, solo por mencionar algunos.

Y entre las mujeres resplandece el ejemplo de quienes, con una fuerza que desafió su tiempo, se convirtieron en precursoras imprescindibles de la Revolución, como Sara Pérez Romero y Carmen Serdán; otras que combatieron en el campo de batalla, como Rosa Padilla Camacho y Amelia Robles; así como las que curaban heridos y alimentaban a los combatientes, como Sara Perales y Refugio Esteves Reyes; además de maestras y periodistas, como Hermila Galindo Acosta y Juana Belén Gutiérrez, que con su pluma, su voz y su inquebrantable convicción esparcieron ideas de cambio que resonaron más fuertes que los cañones en el campo de batalla.

También es importante mencionar que la Revolución Mexicana dio origen al actual Ejército y a la Fuerza Aérea, proporcionándoles identidad histórica y una esencia eminentemente social que permanece hasta nuestros días.

Amable auditorio:

Como es bien sabido por todos, la Revolución se hizo en tren y a caballo, pero es necesario resaltar que estos medios y la lucha, en sí, fueron conducidos por mujeres y hombres que dieron todo por la patria; valientes mexicanas y mexicanos que, amalgamándose con militares profesionales que participaron en esta causa social, fueron el pie veterano del actual Ejército y de la Fuerza Aérea. De ahí el origen popular de estas instituciones que surgieron del pueblo, para servir al pueblo.

Lo anterior marcó el único camino asequible para el éxito de la Revolución Mexicana, como lo afirmaría don Venustiano Carranza el 24 de septiembre de 1913 en un discurso pronunciado en Hermosillo, Sonora, en el que mencionó:

“Haciendo a la vez un llamamiento a todos los ciudadanos de la República para que se pusieran a la altura de sus obligaciones cívicas, vi con satisfacción y orgullo que todos los mexicanos conscientes han respondido a mi llamado, surgiendo por todas partes ejércitos de ciudadanos que se han convertido en verdaderos soldados, todavía no con la instrucción militar requerida en los cuarteles, pero sí con el corazón bien puesto y con el entusiasmo bélico desbordante para construir una patria mejor”.

Ese espíritu popular es el que guía en su actuar al Ejército y a la Fuerza Aérea, y sentó las bases que nos han permitido evolucionar de manera constante a través del tiempo para convertirnos en instituciones cada vez más sólidas a través de diversos episodios como los siguientes:

En la década de los años ‘20, bajo la visión del general revolucionario Joaquín Amaro Domínguez, se llevó a cabo un amplio proceso de profesionalización que cimentó las bases para la creación de la Universidad del Ejército, Fuerza Aérea, y ahora Guardia Nacional, y que en la actualidad cuenta con 42 planteles educativos.

En los años ‘30 y ‘40, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, se dio un impulso a la modernización del Ejército y Fuerza Aérea, destacando la participación del histórico Escuadrón 201 en esa contienda. Este periodo fue el punto de partida de la organización actual de las Fuerzas Armadas.

En los años ‘60 surge el emblemático Plan DN-III-E, principal instrumento estratégico que proyecta el sentido social de la institución, siendo en la actualidad un referente a nivel internacional.

Desde su creación, se ha aplicado en innumerables eventos, como la reciente emergencia provocada por las lluvias en diversos estados del país, en donde la Fuerza Aérea Mexicana estableció el mayor puente aéreo que se ha registrado en México con 23 aeronaves para evacuar personas y trasladar víveres e insumos médicos.

Y en esta Administración destaca la integración de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, lo que garantizará su desarrollo y permanencia como una fuerza intermedia del Estado mexicano para llevar a cabo tareas de seguridad pública en el país.

Estos episodios son solo una muestra de la evolución que ha tenido el Ejército y la Fuerza Aérea desde su génesis en la Revolución Mexicana, teniendo como principal objetivo el bienestar del pueblo de México.

Doctora Claudia Sheinbaum Pardo:

México se ha forjado en la dinámica de su historia y en cada etapa de su devenir.

El anhelo colectivo de su pueblo ha marcado su derrotero, como es el caso de los postulados de la Revolución Mexicana, el reparto de tierras, la justicia social, la libertad, la democracia y la igualdad, valores que, sin duda, nos dejó esa lucha social y que fortalecemos día con día.

Prueba de ello es su alta investidura como Presidenta de México y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, que salda una deuda con las mujeres de la Independencia, la Reforma y la Revolución, y con todas aquellas que en el devenir nacional han luchado por sus derechos.

Comprendemos la importancia del rol de la mujer en el acontecer nacional. Por ello, cumpliendo con las políticas de igualdad, en el Ejército, Fuerza Aérea y Guardia Nacional hemos fortalecido su participación en diversas áreas, contando, a la fecha, con más de 42 mil mujeres que se encuentran en un plano de mismas oportunidades que los hombres.

Concluyo:

A 115 años de distancia, hoy la Revolución Mexicana no es solo una página guardada en los libros de historia ni es un recuerdo estéril en la memoria de los mexicanos; es una llama que sigue ardiendo y que debemos alimentar con el esfuerzo de todas y todos los que queremos un mejor país.

A 115 años de distancia, la esencia de los ideales por los que surgió aquella lucha armada aún permanece viva en la conciencia nacional y nos recuerda quiénes somos y nos indica el rumbo hacia dónde dirigirnos.

Habrá pasado más de un siglo, pero hoy, más que nunca, conservando el legado revolucionario, las Fuerzas Armadas reiteramos nuestro firme compromiso de seguir sirviendo a la patria, conscientes del irrenunciable deber, pero, a la vez, de la honrosa oportunidad que tenemos de servir al pueblo de México.

Muchas gracias.

MODERADORA: Escuchemos la poesía titulada Lealtad de ayer y hoy, en la voz de los cadetes de 4º año de Caballería: Irving Alexis Gallegos Hipólito, quien viste el uniforme de gala de 1913 que portaron los cadetes del Colegio Militar en la Marcha de la Lealtad; y la cadete Carolina García González, quien viste el uniforme de gran gala actual del Heroico Colegio Militar.

(DECLAMACIÓN DE POESÍA)

MODERADOR: A continuación, observaremos un breve recorrido de los pasajes históricos más emblemáticos de la Revolución Mexicana.

MODERADORA: Comenzó con el Plan de San Luis, documento que marcó el inicio de la Revolución y sentó las bases de nuestro país como un llamado al pueblo de México a la lucha para restaurar la democracia.

MODERADOR: La Marcha de la Lealtad fue realizada por el Presidente Francisco I. Madero, acompañado por cadetes del Colegio Militar, quienes lo escoltaron desde el Castillo de Chapultepec, con el fin de defender la legalidad constitucional y restablecer la democracia.

MODERADORA: La Constitución de 1917 fue el resultado de la lucha armada que inició en 1910, y en la que se establecieron los principios de justicia social, protección de los derechos humanos, reforma agraria, así como la educación laica y gratuita.

MODERADOR: Mil 910 integrantes del Ejército, Fuerza Aérea y Guardia Nacional realizarán la escenificación histórica “La Revolución Mexicana”.

(ESCENIFICACIÓN CONMEMORATIVA AL 115 ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA)

MODERADORA: El comandante de la Columna del Desfile y su Estado Mayor se desplaza para colocarse frente al presídium.

MODERADOR: El General de División de Estado Mayor, Juan José Gómez Ruiz, comandante de la 4ª Región Militar y comandante de la Columna del Desfile se dirige a la Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

COMANDANTE DE LA 4ª REGIÓN MILITAR Y COMANDANTE DE LA COLUMNA DEL DESFILE, JUAN JOSÉ GÓMEZ RUIZ: Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armada:

Solicito autorización para dar inicio al Desfile Cívico Militar conmemorativo al 115 Aniversario de la Revolución Mexicana.

(DESFILE CONMEMORATIVO AL 115 ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA)

MODERADORA: El General de División de Estado Mayor, Juan José Gómez Ruiz, comandante de la 34ª Región Militar y comandante de la Columna del Desfile, rendirá el parte de novedades a la Presidenta de México.

COMANDANTE DE LA 4ª REGIÓN MILITAR Y COMANDANTE DE LA COLUMNA DEL DESFILE, JUAN JOSÉ GÓMEZ RUIZ: Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, informo a usted que desfilaron ante el pueblo de México:

1 bandera monumental.

4 estandartes de guerra.

2 mil 759 integrantes del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.

19 deportistas.

100 charros.

44 civiles.

62 niños.

34 vehículos terrestres.

9 vehículos antiguos.

503 caballos.

23 aeronaves.

3 águilas.

Sin novedad.

MODERADOR: Se hace una cordial invitación a todos los presentes para ponerse de pie para entonar nuestro Himno Nacional. Al personal civil se le pide amablemente colocarse en posición de firmes.

(HIMNO NACIONAL MEXICANO)

MODERADORA: Es así como damos por concluido este Desfile Cívico Militar conmemorativo al 115 Aniversario de la Revolución Mexicana, en el que las Fuerzas Armadas refrendan su lealtad al pueblo de México.

Texto y Fotografía: Presidencia de la República