Intervención de la senadora Paloma Sánchez Ramos en presentación de iniciativa de proyecto de decreto por el que se expide la Ley General de Pacificación y Reconstrucción Social en Zonas Afectadas por Violencia

Ciudad de México, 9 de septiembre de 2025

-SEN. PALOMA SÁNCHEZ-Con su venia, presidenta.

El 9 de septiembre del 2024, Sinaloa despertó para no volver a ser el mismo que conocíamos.

A ese estado que tiene la tierra más fértil de México, que cuenta con la pesca más productiva y que se caracteriza por tener un gran desarrollo económico, le arrebataron la paz.

Es un año ya de narcoguerra en Sinaloa.

Un año que ha dejado casi 2.000 asesinatos, más de 1.900 desaparecidos, más de 60 niños y menores de edad asesinados, más de 13.500 víctimas de algún delito, 36.000 millones de pesos de daño económico y 36.000 empleos perdidos.

Las cifras no mienten.

Sinaloa ha enfrentado el año más duro de la historia, el más violento, el más desgarrador.

Ha sido un año de sufrimiento, de tener que salir a la calle con miedo, de rezar todos los días pidiendo sobrevivir y que a la familia no le pase nada.

365 días de las mismas imágenes, balaceras, enfrentamientos, niñas y niños tirados en el suelo protegiéndose de las balas, madres buscando a sus hijos desaparecidos, calles vacías, banquetas ensangrentadas, jóvenes emprendedores cerrando sus negocios, familias destrozadas por quedarse sin un ser amado.

Sí, lamentablemente también ha sido un año sin estrategia, con el gobernador Rocha como cómplice de los criminales, callado, cobarde, con declaraciones mediocres e intentos burdos de normalizar el horror.

Un Sinaloa sin liderazgo, sin alguien que dé la cara y que tenga el coraje y la valentía para defender aquellos que gobiernan.

Necesitamos una estrategia integral que se concentre en la disminución de la violencia y que mida su éxito en la recuperación de nuestra economía y de la vida que merecemos.

Por esta razón, hoy presento ante ustedes la LEY DE PACIFICACIÓN Y RECONSTRUCCIÓN SOCIAL EN ZONAS AFECTADAS POR VIOLENCIA, una iniciativa que busca crear un marco legal destinado a garantizar medidas emergentes en materia de seguridad, protección, estabilidad de las actividades económicas y procesos de justicia restaurativa en aquellos lugares de México que, como Sinaloa, hoy no encuentran ninguna esperanza.

Esta ley pretende garantizarle a la población que padece la violencia cotidiana y el desastre económico las vías adecuadas para que las autoridades respondan de forma eficaz y oportuna.

La inspiración de esta ley sí es Sinaloa, porque me duele ver a mi estado abandonado, sin rumbo y sin apoyo y porque no quiero que ningún otro lugar en el país viva el desastre que estamos padeciendo nosotros en el estado.

Al contrario, lo que queremos es que rompan el pacto con los criminales que tienen a Sinaloa y a México secuestrado por la violencia.

Senadoras y senadores, desde los primeros días de la narcoguerra acudí a esta tribuna pidiendo auxilio para Sinaloa.

Desde entonces he pedido que no nos olviden, que no permitan que se normalice, que en Sinaloa sea un estado tomado por la violencia, donde los criminales deciden quién vive y quién muere.

Hoy pido su apoyo, su apertura y su empatía para que nos ayuden.

Ayúdennos a alzar la voz, a sensibilizar a las autoridades para que a Sinaloa regrese la paz que tanto necesitamos.

Porque es un crimen decir que tenemos que esperar a que los grupos criminales se pongan de acuerdo en Sinaloa para que se acabe la violencia.

Porque es una locura creer que con seguir haciendo lo mismo se tendrán resultados diferentes.

Y porque no olvidemos que detrás de las cifras está el pueblo de Sinaloa.

Más allá de los números hay historias de vida, sueños, aspiraciones, la esperanza de salir adelante gracias al esfuerzo y al trabajo y al derecho de todas y de todos los sinaloenses a vivir mejor.

No dejemos que los malos nos derroten.

Hoy pido justicia y paz para Sinaloa.

Por los desaparecidos y sus familias que no renuncian a encontrarles.

Por todas y todos los que han perdido un esposo, un hijo, una tía, un sobrino o tus amigos de la infancia.

Por los sueños destruidos y la incertidumbre ante la falta de apoyo económico y el desempleo.

Por aquellos por los que han robado su patrimonio que con tanto esfuerzo construyeron.

Por las pérdidas que se han convertido en dolor y por nuestro derecho a la indignación frente al abandono que vivimos.

Pero sobre todo, por las y los sinaloenses valientes que no han renunciado a recuperar todo lo que nos han quitado.

Es cuanto, presidenta.

Texto y Fotografía: Grupo Parlamentario del PRI en la Cámara de Senadores