Discurso del presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de la República, Alejandro Murat Hinojosa, en la Recepción del Cuerpo Diplomático Acreditado en México

Ciudad de México, 15 de diciembre de 2025

Presidenta Laura Itzel Castillo Juárez. vicepresidenta Verónica Camino. Amigo embajador y decano, Djerou Robert Ly, de Côte d’Ivoire. A mi amigo, también embajador, Miguel Ruiz Cabañas, y, por supuesto, a todas y todos los excelentísimos y excelentísimas embajadoras y embajadores.

Compañeras senadoras y senadores.

Buenas noches.

Es un honor darles la más cordial bienvenida al Senado de la República, la casa del pueblo de México, y el órgano constitucional que tiene facultad exclusiva de analizar la política exterior del Estado mexicano, aprobar tratados internacionales y acompañar la conducción estratégica de nuestras relaciones con el mundo.

Esa facultad no sólo es jurídica, es una responsabilidad histórica que asumimos con seriedad, visión y profundo compromiso democrático.

México es hoy una nación plenamente integrada al sistema internacional. Contamos con 14 tratados de libre comercio con 52 países, lo que significa que mantenemos relaciones comerciales preferenciales con el 27 por ciento de las naciones del planeta.

Este nivel de apertura nos posiciona como una de las economías más conectadas e influyentes del mundo.

Nuestra presencia diplomática es igualmente robusta: 80 embajadas, 67 consulados y siete misiones permanentes ante organismos internacionales, lo que otorga a México una representación global en más de 150 países.

Y el mundo está asimismo presente en nuestra nación. Hoy contamos con 86 embajadas acreditadas en México, una muestra clara de nuestro peso geopolítico y de la confianza que la comunidad internacional deposita en nosotros. Esta red se suma al papel activo del Senado en el ámbito internacional.

Nuestra Cámara de Senadores participa de manera permanente en más de 10 asambleas y foros multilaterales, desde la Unión Interparlamentaria y ParlAmericas, hasta la Asamblea Euro-Latinoamericana, la Alianza del Pacífico, la CELAC y diversas redes parlamentarias que contribuyen a la gobernanza global.

Todo esto confirma una verdad fundamental: México no es un observador del sistema internacional, es un protagonista, un país que construye, dialoga y propone.

Desde esa convicción, permítanme recorrer junto a ustedes las principales regiones que representan, comenzando por África y culminando en Norteamérica.

África es un continente lleno de energía, creatividad y futuro. Aunque nuestro comercio bilateral aún es modesto, supera los mil millones de dólares.

El potencial de crecimiento es inmenso en el área agroindustrial, salud pública, energía sostenible, manufacturas ligeras, educación y diplomacia cultural. Son áreas en expansión.

Permanentemente ya vemos a universidades mexicanas que mantienen intercambios cada vez más numerosos con instituciones africanas.

México quiere acompañar y aprender de África, construir alianzas institucionales duraderas, fomentar una relación de respeto, cooperación y crecimiento mutuo.

En Oceanía, Australia y Nueva Zelanda, son socios estratégicos en energías limpias, agroindustria avanzada, biotecnología, minería sustentable, agricultura inteligente.

El TIPAT amplió de manera significativa la relación comercial y crea nuevas plataformas para la innovación, la investigación científica y el intercambio académico.

Son naciones de altos estándares regulatorios, liderazgo tecnológico y firme compromiso con el multilateralismo.

Y, por supuesto, me sumo al mensaje que ya dio hoy la presidenta para Australia. Asia-Pacífico, el dinamismo asiático está redefiniendo la economía global. México mantiene relaciones profundas con Japón, Corea, China, India, Singapur y Sudeste Asiático, en manufactura avanzada, semiconductores, electromovilidad, inteligencia artificial, economía y ciencia de frontera.

El comercio con miembros de TIPAT supera ya los 88 mil 531 millones de dólares, con un crecimiento destacado tanto en importaciones como en exportaciones mexicanas.

Asia-Pacífico es esencial para nuestra estrategia de diversificación y para nuestra inserción en los sectores tecnológicos que impulsarán nuestra economía en el futuro.

Europa, es una región con la que México comparte valores y principios, derechos humanos, Estado de derecho, igualdad sustantiva, sostenibilidad y multilateralismo.

El comercio bilateral supera los 82 mil millones de euros y la inminente modernización del Acuerdo Global México-Unión Europea abrirá una nueva generación de oportunidades en inversión, comercio, ciencia, cultura, innovación y transición energética.

Europa seguirá siendo para México un aliado decisivo en la construcción de políticas sustentables y economía más verde y más justa.

América Latina, a través del CELAC, la OEA, la Alianza del Pacífico y otros mecanismos regionales, México impulsa el diálogo político, la integración económica y la cooperación técnica y la diplomacia cultural.

Trabajamos juntos para enfrentar retos comunes como es la movilidad humana, el cambio climático, la seguridad alimentaria, energías limpias y desarrollo social.

Tenemos ahí un compromiso histórico y cultural con esa región. Y Norteamérica, por supuesto, la integración económica con Estados Unidos y Canadá es profunda, estratégica y esencial.

El comercio entre México, Estados Unidos y Canadá supera ya los 840 mil millones de dólares anuales, impulsado por cadenas de valor en manufactura avanzada, electromovilidad, semiconductores, agroindustria y servicios digitales.

El T-MEC es más que un tratado, es una plataforma para la competitividad global de la región; representa el 30 por ciento de la producción global.

Norteamérica está llamada a ser uno de los polos de mayor crecimiento e innovación del siglo XXI y México está en el centro de esa transformación.

Por supuesto, hoy hay que reconocer que la presidenta de la república ha puesto en el centro la igualdad sustantiva y la política exterior feminista, un sello de México, y México no sólo participa en la conversación global, sino que contribuye activamente, marcando un referente en las reformas que hemos realizado, especialmente en estos últimos periodos.

Por último, embajadoras y embajadores, representantes de organismos internacionales:

Quiero decirles que México es un país que ha aprendido a lo largo de su historia, que la grandeza no se construye en soledad.

Nuestra fuerza nace del encuentro con otros pueblos, del diálogo entre culturas y de la convicción profunda de que el futuro se escribe cooperando, nunca confrontando.

Desde este Senado, que resguarda la voluntad democrática de la nación y la dirección constitucional de nuestra política exterior, afirmamos con absoluta certeza: México está listo para tender puentes donde otros levantan muros. Listo para buscar consensos donde otros alimentan divisiones. Listo para defender la dignidad humana donde ésta sea vulnerable.

Porque México cree en la paz, cree en la justicia, cree en la igualdad, y cree, sobre todo, en la enorme capacidad del ser humano para transformar su realidad cuando se une con propósito.

El mundo vive un tiempo de incertidumbre, ¡sí!, pero también un tiempo de posibilidades y oportunidades.

Y México no caminará hacia el futuro con miedo, sino con esperanza; no con aislamiento, sino con responsabilidad; no con pasividad, sino con liderazgo.

A todas y a todos ustedes, representantes del mundo en nuestra tierra, les digo: México es un aliado confiable, una voz respetada y un socio dispuesto a hacer su parte para construir un orden internacional más humano y más justo, porque cuando cooperamos avanzamos, cuando dialogamos nos entendemos, y cuando apostamos por la humanidad ganamos todos.

Sean siempre bienvenidos a ésta su casa: el Senado de la República.

Muchas gracias.

Texto y Fotografía: Cámara de Senadores