Mensaje de la senadora Laura Itzel Castillo Juárez, presidenta del Senado de la República, en el XLIII Congreso Nacional Masónico de Grados Filosóficos

Ciudad de México, 25 de septiembre de 2025

Muy buenos días tengan todos y todas ustedes.

Es para mí un gran honor participar en la apertura de este XLIII Congreso Nacional de Grados Filosóficos del Supremo Consejo de México.

Saludo con especial reconocimiento a los distinguidos invitados que hoy nos acompañan.

A la jefa de gobierno de la Ciudad de México, la licenciada Clara Brugada Molina;

A la senadora Blanca Judith Díaz Delgado;

Al senador Saúl Monreal Ávila;

A la senadora Yeidckol Polevnsky;

Al licenciado Juan Luis Bonilla Castellanos, que es el presidente de este Supremo Consejo de México. Bienvenido al Senado de la República.

Desde luego, a Miguel Salomón Álvarez, el director general de la Unidad de Gobierno de la Secretaría de Gobernación.

Y bueno, por supuesto, a nuestro compañero y amigo, el senador Francisco Chíguil Figueroa, a quien reconozco por su destacada labor en la coordinación de este mismo congreso.

De igual manera, extiendo un cordial saludo a los delegados provinciales y a los miembros activos del Supremo Consejo de México, que vienen de distintos lugares de esta hermosa República Mexicana y que nos acompañan en este encuentro.

Es para mí un gran honor estar en estos momentos en el acto inaugural, en el recinto histórico de Xicoténcatl.

México, como ustedes saben, atraviesa por un profundo proceso de cambios. Prueba de ello es que, gracias a las políticas implementadas por la Cuarta Transformación, en los últimos años más de 13 millones de personas han salido de la pobreza. Este logro colectivo ha significado, sin duda alguna, una mejora sustancial en las condiciones de vida de la mayoría de la población.

En este marco, la Cámara de Senadores ha acompañado estos esfuerzos con importantes avances legislativos durante la LXVI Legislatura, donde se han aprobado más de 20 reformas constitucionales y más de 80 modificaciones legales, orientadas todas ellas a garantizar los derechos fundamentales de los mexicanos y las mexicanas.

Destacan aquellas que han consolidado el acceso a programas sociales promovidos para un desarrollo económico con justicia y reconociendo como sujetos de derecho público a los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas.

Todas estas reformas responden al compromiso de construir un país más justo, igualitario y democrático.

La Cámara de Senadores, la Casa del Federalismo, es un espacio de diálogo plural que abre sus puertas a diversas expresiones sociales que enriquecen a nuestra república. Por ello, es significativo que el día de hoy se celebre aquí la apertura de este congreso, pues el Supremo Consejo de México es una institución con una larga trayectoria que ha dado aportes indiscutibles a lo largo de la historia y de nuestras instituciones.

Fundado en 1860, el Supremo Consejo de México cumple 165 años de trabajo ininterrumpido, y ha mantenido viva una tradición que se distingue por su compromiso con valores de libertad, igualdad, y fraternidad.

Como sabemos, la masonería ha sido una tradición presente en México desde finales del siglo XVIII. Sus miembros han promovido a lo largo de este tiempo principios fundamentales para la construcción de nuestra república y para la consolidación de la democracia.

Es innegable que la masonería ha tenido un papel destacado en momentos decisivos de nuestra historia.

Figuras como José María Luis Mora, y Benito Juárez, desde distintas tradiciones masónicas, contribuyeron a consolidar principios liberales como la separación entre la iglesia y el Estado; la educación laica y la libertad de pensamiento.

Más adelante, en el Congreso Constituyente de 1917, personajes de la talla de Francisco J. Múgica, o Heriberto Jara, defendieron con convicción que nuestra Carta Magna debía recoger los ideales de esa educación laica, la libertad religiosa y los derechos sociales que ahora disfrutamos.

Este reconocimiento histórico a la masonería es un acto de memoria hacia quienes, inspirados en esos valores, abrieron el camino al estado laico y democrático que hoy seguimos defendiendo desde el Senado de la República.

En ese sentido, los temas que se abordarán en este congreso son de gran relevancia para nuestros trabajos legislativos.

Estoy segura que de las cinco mesas de trabajo que aquí se llevarán a cabo, seguro enriquecerán el debate público y contribuirán a seguir construyendo un México más justo, libre, y fraterno.

Permítanme añadir una reflexión de carácter personal.

Esta amable invitación para inaugurar este congreso, me ha permitido conocer más sobre la rica historia de la masonería y sobre los aportes de algunas de sus figuras notables.

Como feminista que soy, quisiera destacar la figura de la francesa Olympe de Gouges, autora de la Declaración de los Derechos de la Mujer y la ciudadana 1791. Se dice que estuvo vinculada a la logia francesa de Las nueve hermanas.

Aunque no hay pruebas concluyentes al respecto, lo cierto es que fue pionera de promover la igualdad de género y que su ejemplo nos recuerda que todas las instituciones, incluidas aquellas con larga tradición, deben de irse abriendo cada vez más a la participación de las mujeres para trabajar, como lo hemos hecho desde diferentes espacios, por la igualdad entre hombres y mujeres.

Tengo la convicción de que al reconocer la historia de la masonería y de sus aportes al liberalismo y a la democracia, debemos también reconocer la necesidad de seguir avanzando en la dirección de una sociedad con mayor igualdad sustantiva que combine libertad con justicia y fraternidad y, también, por qué no, sororidad, tradición que debe de seguir todo este trabajo de apertura hacia el futuro.

En nombre del Senado de la República, agradezco profundamente la invitación a participar en este acto inaugural, y les deseo el mayor de los éxitos en los trabajos de este congreso.

Por eso, declaramos formalmente, hoy, día jueves 25 de septiembre de 2025, formalmente inaugurado el XLIII Congreso Nacional Masónico de Grados Filosóficos.

Muchas gracias y muchas felicidades.

Texto y Fotografía: Cámara de Senadores